miércoles, 21 de julio de 2010

De Guttenberg a Apple




Los dispositivos de lectura electrónicos están compitiendo en dos mercados: por un lado, los medios de información impresos, en el que ya se han realizado avances, gracias a que Internet le ha abierto previamente el camino, y por el otro, el de los libros, mercado en que aún quedan muchas cosas por definir.

Los periódicos y revistas suelen estar caracterizados por su vida corta. El periódico pierde su valor al día siguiente. Es un modelo de consumo y desecho, que esta siendo rápidamente absorbido por Internet y las ventajas competitivas que supone este medio.
Ya somos testigos de como medios tan reconocidos como el New York Times, al ver como caen en picada sus ingresos por venta del contenido en papel, están buscando nuevos modelos de negocio, donde cobran por sus contenidos en Internet.

El formato físico del libro añade un valor difícil de ser igualado por contenidos digitales. Para muchos representan una experiencia en sí misma, difícil de ser remplazada por una biblioteca electrónica.

En un comunicado de prensa realizado hace pocos días, la empresa taiwanesa Acer, que ya ha conseguido posicionarse como el segundo mayor fabricante de ordenadores en el mundo, anuncia que ha detenido por completo la fabricación de su lector electrónico, el cual tenían previsto lanzar al mercado el 6 de junio de 2010. En palabras del fabricante esto se debe a que se trata de un sector inmaduro y un modelo de negocios que aún no está bien desarrollado.

Esto no quiere decir que los lectores electrónicos no vayan a ser rentables, por el contrario son tantas las posibilidades de ingresos de estos dispositivos y presentan tantos modelos de negocios sin explorar, que Acer, que se ha caracterizado por ser un seguidor más que un innovador, está esperando para asegurarse que copiara la estrategia que más ingresos genere en el sector.

Muchos como Sony o HTC están apostando por la rentabilidad del dispositivo a la hora de crear un modelo de negocio, esto es fabricar un aparato en 200$ y venderlo en 250$, enfocados en la clásica venta de equipos de tecnología.

Las empresas que se encuentran fuera del sector informático, como Amazon, apuestan a un futuro donde el contenido y la publicidad serán su fuente de ingresos. Se estima que tanto Kindle (nombre del e-reader de Amazon) como el iPad bajarán su precio, aún cuando este sea menor a su coste de fabricación, cuando el modelo por contenido empiece a ser lo suficientemente rentable.

En China la penetración de Internet actualmente solo llega al 23%, nivel bajo si se compara con el 74% de Estados Unidos, sin embargo, debemos tomar en cuenta dos cosas:
* Primero, el 23% de la población de China supone aprox. 368 millones de personas.
* Segundo, la tercera parte de estas conexiones se realiza por terminales móviles.
En los últimos años este país ha realizado una fuerte inversión en redes de transmisión de datos de ultima generación. Esto facilitará el consumo de contenidos en dispositivos móviles, que ya tiene una marcada tendencia al alza (entre las estadísticas se destaca que el 85% de las conexiones a Internet descargan música y 70% video).

Sin duda, China tiene proyectos ambiciosos en el campo de la venta de contenidos. China Movile prevé para el 2015 tener 700 millones de líneas conectadas a lectores electrónicos, mediante un acuerdo con las mayores editoriales locales, que le permitirán hacer promociones para masificar la lectura, en una estrategia nacional de fomentar una sociedad basada en conocimiento.

Esto, sin duda, tendrá un impacto relevante, no solo regional, sino mundial, en la política de precios y evolución de la tecnología de los e-readers. Las grandes cantidades requeridas por el mercado asiático incrementará la competencia aminorando los costos y masificando en gran escala estas tecnologías, mucho más rápido de lo esperan los fabricantes occidentales.

Los precios no son el único factor que influye, cuando un elemento tecnológico quiere cambiar costumbres tan arraigadas en nuestra cultura, como la manera de leer las noticias o disfrutar un libro. Aunque tengamos precios bajos, como concluimos que ocurrirá, está la lectura como experiencia: si ésta no aporta un valor agregado al lector y comodidad al usuario, los lectores electrónicos no se llegarán a popularizar.

Por esta razón los fabricantes están creando interfaces no solo sencillas sino similares a las de los libros tradicionales para captar mayores audiencias y que la transición para los no tecnológicos sea lo más amigable posible. Se apunta a dispositivos que integren muchas características (música, video, correo, etc.) pero que tengan la menor complejidad posible, buscando en un futuro próximo captar a todas las audiencias posibles.

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